Es un extraordinario compañero de vida para los niños, es hipoalergénico, paciente, cariñoso y además por instinto no tiende a pararse de manos y tumbar a los niños ya que su labor de pastoreo sólo la realiza rodeando y mirando, más no mordiendo, sin embargo, si se llega a parar de manos en el niño o en las personas para llamar su atención y se le premia, dándole un juguete o se le acaricia, él es muy listo y aprenderá a la primera que está bien, así que aunque no lo traiga por instinto él lo hará por adiestramiento de parte del dueño pensando que le gusta.